La selva amazónica, durante siglos, ha sido la obsesión de exploradores, científicos y antropólogos. Se nos presenta como una vasta extensión de tierra que bordea al río más poderoso del mundo. Los indígenas viven en sus orillas y utilizan las plantas de su ecosistema, aprovechando sus propiedades curativas y medicinales.
Con este conocimiento de antemano, se plantea establecer un íntimo diálogo entre el paisaje y el observatorio para favorecer la relación del ser humano con la naturaleza y sus espacios autosuficientes y sostenibles.
Como punto de partida y teniendo en cuenta la importancia de todos los elementos que nos rodean, nos centramos en un primer momento en las formas naturales que proporcionan un crecimiento geométrico poligonal. Así pues optamos por el hexágono como sistema de agregación orgánica del observatorio. Y para evitar la rigidez de la composición geométrica, el hexágono rotando conforme se avanza en altura
La estructura conformada por madera de bambú, genera plantas sucesivas con un modo de agregación en altura, en forma de torre, en las que se pueden encontrar diversos espacios funcionales. La estructura en sí, hace referencia a una clase de árbol denominado Iriartea Deltoidea, que crece especialmente en las selvas. Su dosel arbóreo alberga una flora y una fauna única que no se puede encontrar en ninguna otra capa del bosque y a su vez, su raíz se forma a base de zancos en forma de cono. Con todo esto generamos la torre con una estructura de arriostramiento que recuerda a los árboles anteriormente mencionados. Además a modo de protección observamos una malla elaborada mediante un tejido de cuerdas entre las cañas de bambú que rodea las zonas de estar y la escalera, siendo permeable a la vista y evitando caídas a los distintos niveles de la torre.
De este modo, encontramos dos tipologías distintas, diferenciadas en la longitud de lado del hexágono base y la funcionalidad. Contamos con una torre que tiene de lado 6 metros y con la función de recibir a eco-turistas y científicos, dando la posibilidad de visionar proyecciones de documentales de la zona y exposiciones relacionadas. A su vez cuenta con un pequeño comedor, sala de estar y una enfermería donde se pueda atender en un primer momento cualquier percance.
Por otro lado, la torre de lado 4 metros tiene la función de estancia y observatorio a diversas alturas. Las plantas bajas están destinadas a comedor, sala de estar y habitación en la que se utiliza la hamaca para dormir, con lo cual se ahorra espacio y se aligeran cargas excesivas a la estructura. Se disponen estas torres de lado 4 como observatorio, ya que al estar destinadas también a la estancia, constan de un ambiente tranquilo para la observación.
Ambas tipologías están elevadas del terreno unos 4 metros de altura para poder evadirse de las crecidas del río. A lo largo del ascenso por la torre, que puede alcanzar un máximo de 50 metros, encontramos varios sistemas de conexión entre torres compuestos a base de cables, es decir, tirolinas ancladas entre las plantas de dos torres, de este modo podemos llegar de un observatorio a otro de una forma más rápida.
Los distintos elementos que conforman el proyecto se colocan en posiciones específicas, así pues, tendremos la torre de recepción a gran distancia de las torres restantes.
Los distintos observatorios los encontraremos en puntos relevantes de flora y fauna tanto en entorno terrestre como aéreo.
La aproximación al conjunto se realiza por el propio río. La toma de contacto con el terreno la realizamos mediante un embarcadero que consta de diferentes alturas para salvar las crecidas del Amazonas. Una vez en la cota 4, accedemos a la torre de recepción mediante una pasarela.
Un paseo de madera une las distintas torres. Cuenta con elementos puntuales a modo de pequeño observatorio y zona de descanso que se conforman mediante hexágonos con dos alturas, así en caso de crecidas, habrá posibilidad de seguir utilizando estos espacios.